Desde nuestra empresa de persianas exteriores en Valencia sabemos que en nuestro país es casi inconcebible una vivienda sin este elemento. Sin embargo muchos países de Europa, curiosamente, jamás han advertido las ventajas de una buena persiana e incluso desconocen su existencia. Esto es sin duda una curiosa cuestión cultural de la que hablamos en este artículo.
La persiana, como su nombre indica, viene de Persia, y fue algo que importaron los franceses en el siglo XIX, cuando se puso de moda traer objetos exóticos de países orientales. Entonces las persianas eran un pequeño estor de varillas que usaban para evitar que el calor entrase en las casas en las horas fuertes. Esto quiere decir que las persianas son propias de países cálidos con soles abrasadores y luz potente.
Sin luz y calor intensos, tal vez con unas cortinas baste. Así ven el tema en países como Inglaterra, Alemania o los países nórdicos. Estos países, además, se levantan mucho antes que nosotros, cuando la luz es aún tenue. No tienen por costumbre dormir si es de día, por lo que no las necesitan para seguir durmiendo en penumbra.
En nuestra empresa de persianas exteriores en Valencia creemos que se trata también de una vieja costumbre en los países protestantes o anglicanos, donde los cristianos, una vez prohibido su culto en esos países, se creaban capillas clandestinas en algunas casas. Casas que tenían que permanecer con las ventanas cerradas para no ser descubierto el pastel. Así, unas ventanas bien visibles y abiertas eran la prueba de ortodoxia y legalidad.
En Persianas y Toldos Venecia estamos particularmente contentos de vivir un país con una tradición tan arraigada de la persiana, pues tiene muchísimas aplicaciones y es, además, parte de nuestra cultura.